sábado, 19 de noviembre de 2011

Calle Ntra. Sra. del Socorro (Vinaròs)

Autor del texto y fotos:
CARLOS CATALÁN FONT
Vinaròs, a 19 de octubre de 2011

Retablo devocional que estaba en la calle Mare de Déu del Socors nº 44 de Vinaròs, donde actualmente se encuentra la hornacina con una imagen de bulto redondo de la Virgen de Socorro que lo sustituye.


ANTIGUO RETABLO DEVOCIONAL DEL CARRER SOCORS.
En Vinaròs el arrabal de Socós o del Socorro fue surgiendo desde aproximadamente el año 1550 en la parte de extramuros -orientada al Sur- del recinto amurallado de la población. En 1560 era ya conocido como “Arrabal del Socós i Forn de Fora”, pues durante la segunda mitad del siglo XVI en la Villa existían tres hornos de cocer pan que eran de propiedad municipal, a saber: el horno de L’Alfac (en la calle San Juan), el de la plaza de la iglesia establecido el año 1513 en la calle de la Cordera (calle San Roque) y el “Forn de Fora” que sería el primero que se instaló extramuros en el arrabal del Socors. (Más tarde se abrirían otros hornos de propiedad privada). Al desaparecer las murallas medievales, a mediados del siglo XVIII, aquel arrabal fue tomando la morfología de la actual calle, con grandes casas solariegas correspondientes a una burguesía terrateniente y comercial.

Este retablo de azulejos de la calle Socorro de Vinaròs (hoy en colección privada) se encontraba situado sobre la fachada de la casa nº 44. El viejo inmueble se derribó y en el solar se levantó otro de nueva construcción, donde los propietarios pusieron una hornacina con una pequeña imagen de bulto redondo de la Virgen del Socorro. La tradición de esta capilla refleja una de las devociones más difundidas en la comarca del Baix Maestrat, extendida a partir de la fundación del Santuario del Socós en la vecina población de Cálig en 1582. De hecho, la estampa del retablo de Vinaròs está inspirada en el grabado de La Mare de Déu del Socors aparecido en la “hoja” de la novena editada en Cálig el 13 de junio de 1744. Esta novena se publicó con motivo de la concesión de cuarenta días de indulgencia por parte del obispo de Tortosa el Dr. Bartolomé Camacho Madueño (1720-1757) por cada día que se rezasen las oraciones.

El panel, de excelente calidad técnica, representa a la Virgen sentada majestuosamente sobre unas nubes con el niño Jesús en brazos, en medio de un resplandeciente cielo de gloria. La Virgen del Socorro alerta con un garrote a un demonio antropomorfo de color verde que saliendo de las llamas amenaza a un niño desnudo que corre hacia su madre arrodillada al otro extremo de la escena. En este cuadro la Virgen se erige como refugio e intercesora de los fieles que acuden a ella. El contorno de los azulejos de los extremos está rematado por una orla de pequeñas hojas -parecidas a las de olivo- que hace las veces de marco. Este tipo de ornamentación se suele datar entre 1800 y 1814, así pues a este retablo le podemos asignar una cronología de la primera mitad del siglo XIX, ya que se trata de un modelo muy popular y mantenido durante bastante tiempo debido a su sencillez de forma y facilidad de ejecución. Composición y despiece: 4 x 3 azulejos cuadrados de 20 cm. de lado. Es una manufactura de la ciudad de Valencia.

 Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Cronología hacia 1920. Fábrica Onda o Valencia. Medidas 60 x 75 cm. Ubicación Capilla Jesús del Gran Poder, Dos Hermanas, Sevilla.


LA VIRGEN DEL SOCORRO Y LA LIBERACIÓN DE UN NIÑO EN PODER DEL DEMONIO.
El interés del tema representado se centra fundamentalmente en la protección de María sobre un niño que escapa del poder del diablo, ya que este retablo muestra una variante iconográfica distinta de Nuestra Señora del Socorro reproducida en el icono primitivo solamente con el Niño Jesús y unos querubines. Se trata de una representación gráfica de la Virgen de Misericordia que enarbola su cetro como arma (en nuestro caso convertido en una porra o bastón) contra el diablo. Su origen arranca de la literatura mística de los siglos XII y XIII y de las leyendas y milagros populares, que propició la confianza en la intercesión de María. En España las Cantigas de Alfonso X el Sabio se hicieron eco de la leyenda del niño que, ante la presencia del demonio, huye a refugiarse junto a la Virgen. En ocasiones no falta la madre que implora a la Virgen como en el caso presente.

La introducción del pequeño se debe a la leyenda del niño “votado al diablo” que gozó de gran popularidad en todos los tiempos y que añadió un elemento nuevo a la más remota del siglo XI, del diablo raptor de niños. En la versión valenciana no se trata de un voto al diablo sino de la maldición de una madre enfurecida contra su hijo: “Así te lleve el demonio”. La Virgen, con el divino Niño en el brazo izquierdo, ahuyenta al demonio levantando contra él el cetro que ha tomado de su Santísimo Hijo (representado en el retablo de Vinaròs como una cachiporra o bastón) y el niño, que aparenta tener unos cuatro años, atemorizado y al mismo tiempo lleno de confianza, se agarra al vestido de la Virgen mientras se dirige hacia su madre que se encuentra arrodillada en el otro extremo de la escena.

Dos grabados populares, uno quizá del siglo XVIII y el otro del XIX, ofrecen cierta relación con el lienzo original que sobre este tema custodiaba el antiguo Convento del Socorro de la ciudad de Valencia, hoy desaparecido, pero con más motivo se relacionan con el argumento del retablo cerámico de Vinaròs, aunque con alguna variante. El primer grabado representa a Nuestra Señora del Socorro, patrona de Benetússer (Valencia), donde vemos una cartela superior con la frase: “Socorro de afligidos” y cuya imagen moderna sustituye a la antigua anterior a 1936. El segundo grabado, que omite la figura de la madre del niño, lleva una inscripción en la parte inferior cuyo texto, interrumpido por un escudo, dice: "Nª. Señora del Socorro en el término de la Villa de Cálig". La antigua imagen que se veneraba en la ermita del Socors de Càlig (Castellón) fue quemada en 1936. Es indudable que, el trasfondo temático es coincidente con la narración de la madre que maldice a su hijo, al cual la Virgen defiende de las garras del diablo. Como se puede comprobar el retablo de azulejos de Vinaròs está “copiado” del grabado de Benetússer. (Ambos grabados son reproducidos por Andrés de Sales Ferri Chulio en Iconografía mariana valentina. Editor José Huguet. Valencia, 1986, pp. 27 y 35)

Grabado de la Virgen del Socorro, patrona de Benetússer. Cronología aproximada de finales del siglo XVIII.


Grabado de Nuestra Señora del Socorro de Càlig. Cronología aproximada del siglo XIX.


LA MARE DE DÉU DEL SOCORS, PATRONA DE CÀLIG.
La Virgen del Socorro es una de las advocaciones de la Virgen María muy extendida en el Baix Maestrat, conocemos la devoción que todavía existe en Càlig, Peñíscola o Vinaròs. La ermita de la Virgen del Socorro (o del Socós) de Càlig está situada a un kilómetro de la población. El primer documento escrito que hace referencia a la advocación mariana de la Virgen del Socorro y a la existencia de una capilla destinada a su culto, localizada en la falda del monte Coll de les Forques de aquel término, está fechado en el año 1582. De la que fue primera ermita se conserva una parte de su construcción en lo que hoy es la cafetería, pues el nuevo santuario se levantó en el último tercio del siglo XVIII, finalizando las obras en 1763. El edificio, de estilo neoclásico con hermosas pilastras rematadas por ornamentos decorativos, recoge en su interior frescos de una gran belleza colorística pintados por Joaquín Oliet en 1826. Su festividad se celebra el 6 de septiembre, el día de La Nostra Senyora del Socors.


IGLESIA PARROQUIAL DE PEÑÍSCOLA DEDICADA A LA VIRGEN DEL SOCORRO.
Aunque la patrona de Peñíscola es la Virgen de Ermitana, su iglesia parroquial está dedicada a Nuestra Señora del Socorro o Mare de Déu del Socors. Está situada en el casco antiguo del peñón de Peñíscola, era de origen medieval (siglo XIII) y perteneciente al tipo de iglesias de reconquista, época de la cual conserva una puerta de tradición románica. En la primera mitad del siglo XV y tras un incendio, fue remodelada y ampliada en estilo gótico, conservando cuatro tramos de la nave los arcos ojivales y la bóveda de crucería. Se hicieron reformas durante el siglo XVIII, cuando se incorporó el presbiterio, el crucero y la capilla de la Comunión. La torre campanario se construyó entre los años 1862-1866, es de sillares y de planta cuadrada, con tres cuerpos separados por líneas de imposta.